¡Una estufa Coleman® más limpia funciona mejor y se ve mejor! Los beneficios de las limpiezas regulares incluyen una mejor eficiencia de combustible, control de llamas y ausencia de óxido o corrosión.
Aunque no hay un programa establecido para limpiar tu estufa, debes limpiarla cada vez que esté sucia o después de un derrame que provoque acumulación en los quemadores. Se recomiendan limpiezas anuales antes de guardar la estufa al final de la temporada de campamento.
En la mayoría de las condiciones, las estufas pueden limpiarse con agua tibia y jabón para lavar platos y luego secarse antes de guardarlas. Para una limpieza más profunda, aquí hay algunas sugerencias:
Después de la limpieza, también es importante el almacenamiento adecuado de tu estufa Coleman®.
Colócala en una bolsa de plástico, ciérrala con un nudo para evitar que arañas u otros insectos entren en la unidad, lo que puede bloquear el combustible y el flujo de aire.
Con una estufa de combustible líquido, transfiere la mayor cantidad posible de combustible del tanque de combustible y devuélvelo a la lata de combustible para evitar que se acumule laca en el tubo de combustible del tanque. Ten en cuenta que almacenar un aparato de combustible líquido con combustible en el tanque puede eventualmente causar una acumulación en el tubo de combustible, lo que restringe el flujo de combustible al generador y al quemador.
Cuando llegue el momento de sacar la estufa, recuerda engrasar la bomba de succión en el émbolo del tanque al menos dos veces al año con un aceite ligero para máquinas. Las bombas de succión suelen ser de cuero o goma y pueden secarse si no se engrasan regularmente. Engrasar la bomba de succión permite que la copa se selle contra el interior del barril de la bomba. Sin un buen sello, el tanque no podrá encender y tener suficiente presión para una buena llama.